Cuatro formas en las que la medicina biológica puede combatir este padecimiento.

Atrás ha quedado la creencia que las personas que consumen alcohol son las únicas propensa a tener hígado graso. Este trastorno se caracteriza por la acumulación de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas y puede ser desarrollado por los altos niveles de colesterol y triglicéridos u obesidad, aún sin consumir alcohol.

El hígado graso es un trastorno completamente tratable, una vez se detecta su aparición se deben tomar las medidas necesarias para eliminar la grasa en el hígado y así evitar que evolucione cirrosis o cáncer. Es muy importante reducir el peso con ayuda de un nutricionista. La práctica de ejercicio es adecuada pues ayudamos al organismo a depurarse. La medicina biológica ofrece cuatro alternativas para tratar este padecimiento de la forma más natural posible.

1. Naturaleza a la orden

Nada mejor que lo natural para ayudarle al hígado, las infusiones elaboradas con hojas de alcachofera y diente de león o de regaliz son perfectas para este objetivo, eso sí, no bebas más de 2 tazas al día pues pueden afectar la tensión arterial. Otra opción es las cápsulas o el extracto líquido de cardo mariano. Esta curiosa planta contiene silimarina, que ayuda a regenerar y proteger las células del hígado.

2. Homeopatía alemana

La “medicina de los semejantes” consiste en dar al paciente pequeñísimas cantidades de sustancias que experimentadas en alguien sano produce los mismos síntomas de la persona enferma, con esto se impulsa al organismo en el mismo sentido en el que se había orientado para la curación y en el caso del hígado graso, a deshacerse de la grasa.

3. Acupuntura

Con la ayuda de agujas que se insertan en puntos específicos del cuerpo, la acupuntura tiene el poder de realizar importantes cambios en el organismo, en el caso del hígado graso, el tratamiento estimula el funcionamiento normal del hígado, para que este deseche por sí solo el exceso de grasa.

4. Terapia neural

Se inyectan reducidas cantidades de anestesia local en el área hepática con el objetivo de restaurar de los potenciales eléctricos en la membrana celular, este “reinicio” beneficia a todo el organismo, el hígado no es la excepción.

 

Fuente: Dr. Stanley Escobar, Medicina Biólogica.

Tel.: 2225-1316

Busca más artículos en: www.vidasana.sv